Vi a una chica ardiente engañando en el gimnasio. Casi no podía decir que estaba mal follarla, pero hombre, oh hombre, parecía una mala idea hacerlo. Y se folló mi polla de culturista como una verdadera bailarina. La forma en que ella, o su director, le dispararon el gran culo y su apretado coño lo satura con toda la primalidad que cabría esperar.