Como de costumbre, un día los sueños se cumplieron y tuve la oportunidad de estar con la amiga de mi hermana como deseaba. Su gran polla colombiana y su figura curvilínea de 18 años son mucho más grandes de lo que podría haber imaginado. Me aseguré de someterme a todos sus deseos y necesidades, de las maneras más inmorales que sentí, no había una pulgada de mí que no hubiera poseído.