Quería una compañera de trabajo curvilínea que conociera: llegué a casa del trabajo sintiéndome cansada después de un largo día de trabajo. Corta y amigable, pero definitivamente lamento no poder hacer otra semana con ella. Nuestra sesión final altamente cargada mostró que tenía un fetiche oculto por las grasas. Fue una sesión ruda y ruda, mejor recordada por nuestras palabras sucias y actitud dominante.