La primera escena presenta a una joven rubia, vestida con un uniforme demasiado ajustado, sentada en el trabajo en un escritorio. Como cualquier masoquista podría entender, ha estado espiando la webcam y su 'show' filmándose siendo maltratada por un grupo de policías bien dotados. El video cambia abruptamente a algo más parecido a un escenario BDSM salvaje donde los policías se turnan para azotar a la chica y hacerla pedirlo.