Este episodio de la vida real de 'Me gustaría tener un orgasmo donde estoy' nos lleva de vuelta a los puestos para presenciar a una madrastra severa y dominante y a un hijastro sumiso entregando sus apasionadas escenas de femdom. En este centro, la pareja intercambia sentarse en las grandes pollas negras del otro y luego recibe una corrida en la cara al final.